viernes, 13 de febrero de 2009

Sebastián Cichero Caffarena

Casa de la calle Pedro de Mendoza 2087 esq. Australia donde se alojara Julio A. Roca

Foto de Sebastiano Cichero aparecida en el artículo del diario La Prensa BsAs 25 Octubre 1964

(Sebastián con su hijo Doménico posiblemente por la época que arribaron a Buenos Aires)
Sebastiano Cichero Caffarena:

Entre los primeros inmigrantes de La Liguria que llegaron a Buenos Aires figuran mi tatarabuelo materno, Sebastiano Cichero (1) y su hijo Doménico (1) de siete años, mi bisabuelo, que habían embarcado en el puerto de Génova en 1842. (1) No he podido saber el motivo por el cual Sebastiano decidió venir a Buenos Aires con su pequeño hijo siete años. Es posible que el fallecimiento prematuro de su esposa Ana Maggio, haya influido en su decisión.
Por dichos de familia, he escuchado decir que su profesión en Génova era la de constructor de barcos y que con esta finalidad fue contratado por Juan Manuel de Rosas, pero no tengo claro si hubo una propuesta previa a su viaje o simplemente decidió emigrar y el contacto entre ellos se inició después en Buenos Aires. Mi tío Néstor Cichero me comentó que sus servicios de construcción naval fueron muy demandados durante el bloqueo anglo-francés.
Sebastiano nació en Italia el 21 de enero de 1810 y era hijo de Doménico Cichero, nacido el 23 de Febrero de 1771 y de Angela Caffarena. Sus abuelos eran Antonio Cichero, nacido el 21 de Octubre de 1740 y Angélica Cavallo. (1)
Por dichos de familia, desde chico había escuchado que Sebastiano Cichero había sido un visitante habitual a las tertulias de Palermo de San Benito, que había tenido relación comercial con Rosas y que a su hijo Doménico le había enseñado a leer y escribir su hija Manuelita, lo que siempre me pareció sorprendente y difícilmente creíble, porque Manuelita
desempeñaba funciones diplomáticas y sociales recibiendo a embajadores y enviados de otros países, y atendía petitorios de toda clase para interceder ante su padre, estando muy ocupada como para enseñar a leer y escribir al hijo de un inmigrante italiano.

Sin embargo Antonio Bucich, el historiador de la Boca confirma el dicho de familia, al relatar:

“Hombre de trabajo, Sebastián Cichero fue ajeno a los contratiempos de la política que tan enconadamente dividió a los argentinos. Durante la dictadura de Rosas se dedicó de lleno a sus labores de fuertes impregnaciones religiosas. Se cuenta que el Restaurador lo distinguía. Se le había hecho simpático el genovés industrioso, y tanto que su hija Manuelita llegó a hacerse cargo de la instrucción de su pequeño Domingo, que de su improvisada maestra aprendió el castellano, a escribirlo y leerlo. (2)
.
En un trabajo presentado en la Universidad de Viena en 2007 por la austríaca Caroline Katschnig, se confirma esta información:

“…Rosas tenía una clara preferencia por los italianos, en especial por los que provenían de Liguria. Es conocido que fueron ligurenses los que desde La Boca, desarrollaron la navegación costera y la industria naval en la Argentina. Se destacaron dos familias es esta evolución: Los Cichero y los Badaracco. El jefe de la familia de los Cichero, Sebastiano Cichero, gozaba de la especial simpatía de Rosas. La hija del dictador, Manuelita, le enseñaba a leer y escribir al hijo Doménico. Este último erigiría más adelante, el primer astillero en la Argentina.” (5)

También por dichos de familia, escuché que, por encargo de Rosas, Sebastiano había construido varios barcos y que uno de ellos, anclado en el Río de La Plata, durante una fuerte sudestada, había quedado al garete y, con la crecida del río, varado en los jardines de la quinta de Rosas en Palermo. Por diversas fuentes, he podido confirmar el episodio del barco, pero no que haya sido de propiedad de Sebastián Cichero.

“Hacia el fondo de la quinta, que como ya se ha dicho, linda con las orillas del Río de la Plata, tiene Rosas un bergantín en seco al que enfáticamente llama el Buque Palacio. En una gran creciente, de las que con frecuencia ocurren en Buenos Aires, quedó varado un barco, y Rosas lo compró haciéndolo asegurar a los árboles de la quinta por medio de cables y cadenas; luego lo hizo pintar, lo amuebló interiormente y aún hizo colocar un piano en el salón de popa.” (6)

“La casa es construcción de vastas proporciones, con varios patios, como las casa españolas, y galerías o arcadas a la manera de las mezquitas turcas. Está rodeada por un jardín en el que se han hecho grandes gastos porque se formó en terreno pantanoso. Hay en medio un canal, donde Rosas pasa largas horas meciéndose sobre una chalupa bajo las copas tupidas de los sauces. En un extremo puede verse una barca arrojada por un vendaval, desde el río agitado y que fue recogida como resto de naufragio. El casco del navío, asegurado con cables y postes, ha sido convertido en salón. Manuelita suele recibir allí a sus visitas y hacer bailes. Este barco, amarrado a la costa del Río de la Plata, bajo los árboles, es como un emblema del poder ejercido sobre la tierra y el agua “(3)

4 comentarios:

  1. Muy buen blog....felicitaciones.
    les consulto: los Cichero Begueristain; los Cichero Barbagelata, son descendientes de algúno de los Cichero Pigreti o es otra rama que se instaló en la Argentina?
    Fortunato Cichero, casado con María Teresa Amadeo, es un Cichero Pigreti o descendiente de alguno?
    Cordiales saludos

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  2. hola ando buscando datos de nicolas cichero, marino italiano, nacido en 1900 aproximadamente... vino a la argentina, no se en que año... necesitaria empezar a unir hilos. sabras algo o tenes informacion de mas cicheros?

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  3. La foto de Doménico Cichero no aparece que estuviera acompañado por su padre, Sebastiano, de alrededor de 32 años de edad, sino por su abuelo, también Doménico, de 71 años. La imagen es claramente demostrativa de lo que afirma este valioso texto.

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  4. léase "no parece"..en lugar de "aparece". Los cálculos de edad surgen de los propios datos aportados por Familia Cichero.

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